Por: El Padre Gallo.
Sabemos que los momentos actuales que estamos viviendo, son
extremadamente difíciles para la mayoría de los ciudadanos. La situación que
prevalece, no ha respetado religión ó posición social, lo mismo afecta a unos
que a otros.
Para los gobernantes tampoco ha sido fácil, no encuentran la
forma de salvaguardar a los gobernados. Por más ideas que puedan aportar ellos
o sus asesores, nomás no dan una. No han podido bajo ninguna circunstancia, dar
certidumbre a los pobladores y visitantes extranjeros.
De antemano estamos de acuerdo que es dificultoso, la misma
sociedad ya no le demanda a quien gobierna con la misma intensidad. Se han dado
cuenta, que es mejor optar por las propias estrategias de seguridad. Son más efectivas.
Lo que me intriga y no me queda tan claro, es la labor de
las distintas iglesias. Sabemos que la misión de los pastores, es velar por la
salvación del alma. Solo que cuando el cuerpo es atacado sin piedad, el
espíritu flaquea y da inicio un proceso irreversible.
Hay feligreses que no se conforman con escuchar el sermón
dominical, hay miembros de las distintas sectas que no desean solo la
predicación pastoral. La comunidad de cada lugar desea una participación mas
directa, claro está, con las reservas del caso para colaborar a pacificar; el
bélico ambiente que se respira.
Se ve poca aportación en lo correspondiente a las iglesias,
hasta los sacerdotes y pastores están siendo victimas del miedo. No desean ser
mártires, aunque su fe les de esa opción. Sus predicaciones no poseen la fuerza
en sus palabras, la figura de Cristo no es bien representada. Creo que ya no
basta con rezar.
Obviamente que no deseamos dramáticas crucifixiones, eso es
cosa del pasado. El compromiso divino debe ejercerse como tal, la contribución
para encontrar la paz debe ser conforme al caso y a la necesidad.
Platicaba con un cura al respecto hace días y me comentaba
que su obispo les ordenó, que nunca se entrometiesen en cuestiones de esa
naturaleza. Todo esto era según él, por su propia seguridad. Entendemos que sea
de esta manera pero siempre habrá métodos de respuesta, ante determinada
acción.
Esperamos mayor injerencia por parte de los líderes
eclesiales, no importa la religión que profesen, la finalidad es la misma;
encontrar la paz. Dios los protegerá bajo cualquier amenaza, jamás los pondrá
de donde no puedan salir.
Los creyentes esperamos la voz de Dios a través de ellos,
tenemos fe y esperanza. Solamente se requiere llegar a acuerdos, que satisfagan
nuestras expectativas. Por supuesto que todo esto, bajo la ética y las reglas
morales.
A final de cuentas vivir en un ambiente pacífico, es lo
ideal para todo ser humano. La sangre derramada y el dolor ha sido suficiente, a
ninguna persona le agrada esta guerra atroz; que parece no tener fin. Ojalá que
Dios Padre bendiga a sus hijos. Así sea.