Por: El Padre Gallo.
Son las dos de la mañana, de repente se
escucha un grito; que surca lo oscuro de la noche. Es aterrador, todos se
despiertan en un instante; nacen interrogantes. Se escucha una voz que dice:
“Duérmete, es otra vez el vecino; llegó tomado”. Otro que comenta: “Nada nuevo,
le pegó a la vecina”. Otro más: “Escuchaste vieja”, ¿Que se oyó tan fuerte? “No
pasa nada, es el borracho del 6; le pegó a la mujer”. Al escuchar todo esto,
nos quedamos estupefactos, mudos de asombro. Lo real de todo, es que se ha
convertido en situación normal; en la sociedad actual. Ya permanecemos inmunes,
ante eventos similares a éste; no es extraordinario. Situaciones de esta
naturaleza, son diarias y cotidianas; en cualquier lugar del país. La humanidad
entera, ha hecho a un lado los valores morales; el respeto ya no existe como
tal. Se requiere una renovación inmediata, del comportamiento antinatural de
individuos; como el mencionado anteriormente. Urgen cambios en las leyes que
reglamentan, estos hechos delictivos; pues es lo que son. No es posible seguir
tolerando, la conducta equívoca de estos personajes; protagonistas de la nota
roja. Son malos actores de películas caseras, cuyo premio a su actuación;
debería de ser la cárcel. Su trofeo máximo, una sopa de su propio chocolate;
sin medida alguna. Debería aplicarse hasta el extremo la “Ley del talion”,
seria poco castigo; para su actitud. ¿Donde estaban los derechos humanos cuando
los golpes en la intimidad de la alcoba llegaron? ¿Qué hacia la justicia en ese
instante que ocurrieron los hechos? Una y mil preguntas sin respuesta, solo la
mirada de las victimas perdida en el horizonte; al igual que su autoestima.
Solo eso nos responde, los cuestionamientos
que podríamos hacer; nada más. Los golpes y las amenazas, el escarnio y
la humillación; el dolor psicológico. Las llagas en el espíritu, las marcas
dejadas por el látigo del desprecio; las huellas del llanto. Todo esto nos pone
a pensar, tenemos soluciones que buscar; debemos de hacer algo. Se habla mucho
de la violencia intrafamiliar, pero se hace poco por evitarla; se necesita más.
Señores que legislan, por todo esto cumplan con su trabajo; hagan algo por
Dios. Existen miles de mujeres, que claman pidiendo ayuda; necesitan auxilio.
Están acosadas por el demonio, que encarnó en sus compañeros; sin tregua sin
razón. Hasta cuando tomará medidas este gobierno, preocupado por su economía;
no por su pueblo. Leyes van y vienen al por mayor, pónganlas en practica;
aplíquenlas por favor. No esperen mas, muestren preocupación por los que mas
necesitan; no importa el color (de partido). Hagamos que este mundo entre en
razón, ordenemos las reglas ayudemos a los que más sufren; se necesita valor.
Así sea.