Por Tadeo Herbert.-
El cincuenta y cinco por
ciento de los accidentes vehiculares son provocados por el mal estado de los
neumáticos, sea esto por la falta de alineación, balanceo, presión de inflado o
por el desgaste de las mismas. Pocas veces los conductores mantienen
precauciones al respecto, solo algunos proceden a revisar las ruedas con
regularidad y más pocos aún los que acuden a un centro especializado en tales
lides. Se dice por parte de los expertos que las llantas deben de ser
remplazadas, antes de que el rodado sobrepase los dos milímetros. Además las
que mantengan insertadas piedras, metales como tornillos o clavos, vidrios,
deberán ser desechadas. Utilizar los neumáticos adecuados, mantener los límites
de velocidad, evitar arrancones, frenado y vueltas rápidas, así como detenerse
en los llamados “topes” o baches, ayudará a conservar las ruedas en buen
estado. Una vez que la llanta ha sido sometida a algún impacto fuerte, deberá
ser revisada concienzudamente en afán de encontrar daño producido, esto es las
llamadas “bolas”. Las ruedas que ya se encuentran prácticamente desgastadas
evitarán que haya una buena dirección, un buen control del vehículo, en
consecuencia existirá mayor gasto de combustible y una pérdida de estabilidad.
Es por algunas de éstas razones que ocurrirán estallidos y si éste ocurre en
inclinaciones o curvas, terminará volcado el vehículo implicado. Como se sabe
diariamente ocurren percances vehiculares que terminan algunos de ellos en
tragedia, misma que se pudiera haber evitado si los conductores revisan los
neumáticos antes de circular por las calles y avenidas o como en este período
vacacional sobre las carreteras nacionales. Tal es el caso de la volcadura
ocurrida sobre la carretera a Ciudad Reynosa, donde debido a la explosión de
una llanta se produjo el accidente
de la camioneta implicada, causando la muerte
de tres tripulantes.