lunes, 21 de julio de 2014

“Justos y pecadores”

Por: El Padre Gallo.-
Dicen que en la vida nomas hay de fresa y de vainilla, que existe el bien y su contraparte el mal. Las dos fuerzas, independientemente de los creyentes de una y otra; existen como tal. Habrá quien juzgue a una de ellas como la mejor y otros por lo tanto, digan que no es de esta manera. Durante toda la historia del mundo, las dos se dicen ganadoras de la fe de las personas. Cada una cuenta con su doctrina y ritos especiales de acuerdo con su disciplina. Ejemplos de ello, a lo largo de la vida tenemos. Luz u oscuridad, bien o maldad; tu escoges. Por lógica natural y libertad de decidir, terminamos juzgando a una de ellas sin piedad. La catalogamos como venida del demonio, por lo tanto no puede ser buena. Quizá haya razón según nuestra ética y moral en ello pero en ocasiones, nos convertimos en jueces de hierro y acabamos convirtiéndonos en lo que odiamos. “Critico y aborrezco tu creencia y comportamiento tanto, que en mi corazón anido sentimientos malsanos contra ti” A veces no nos damos cuenta y terminamos haciéndolo. Creo que no se debe juzgar a nadie, sin conocer los motivos que lo llevaron a realizar; lo que a criterio nuestro es equívoco. A final de cuentas no somos perfectos y es posible que algún día hagamos, lo que no nos agrada. Como dice San Pablo” hago el mal que no quiero” la verdad de las cosas es que también el otro merece una oportunidad de recapacitar. Dios es el único juez y aun él muestra misericordia. En la vida trataremos con todo tipo de personas, algunos son dignos de admirar por su testimonio ya que dan frutos buenos. Otros por lo tanto, nos muestran su ligereza de la existencia. Más esto no impide, que compartamos nuestra vida diaria con ellos. Incluso la mayoría de estos entes, están a la espera de quien les muestre una opción de vivir diferente; ya que no la conocen. Podemos convivir con todos libremente, también los que llamamos “malos” son nuestros hermanos en Cristo. Recordemos que son los que aún no lo conocen, a quienes Él nos envía. No a justos sino a pecadores. Así que falta mucho por hacer, el camino es largo. Casi siempre mostramos bondad con quien lo hace con nosotros, cuando debería de ser al contrario. Es el enfermo quien necesita médico. Debemos por mandato divino, ser luz del mundo y los rayos de esperanza los requiere la oscuridad. Los invito pues a colaborar con quien más lo necesita, no solo con seres de luz como se supone que somos. Compartamos nuestra fe y esperanza en El Señor. No juzguemos a diestra y siniestra, los designios de Dios son diferentes. Hay mucho por hacer en este sentido y nuestro Padre que está en lo alto lo premiará. Claro que habrá dificultad en ello, es ahí donde mostraremos nuestro carácter y amor al prójimo. También quien está apartado del Señor es nuestro amigo y hermano. Que Dios Padre, les envíe fortaleza y sabiduría en su caminar. Que sea La Divinidad, quien nos guíe en este mundo lleno de espinas y dolor. Que recibamos continuamente, la sapiencia necesaria para proclamar su Palabra; en pos de los más necesitados de la misma. Así sea.