miércoles, 19 de septiembre de 2012
La Pluma del Gallo. “Ni como agradecer”
Por: El Padre Gallo.
Caray no entiendo a mis representantes políticos, bueno aunque no voté por el saliente si por el entrante. Aun así me siento representado por el que todavía no se va. Lo decía ayer, antes siempre respeté la investidura y la figura. Mas es por hoy que me cuestiono al respecto, siempre he dicho que el respeto se gana.
No es fácil estar de acuerdo con lo que nos aseveran los gobernantes, acatar sin cuestionar no es la mejor de las ideas a como están las cosas. Cuando escucho en los medios nacionales alguna declaración sobre cualquiera de los rubros, de entrada dudo lo que me dicen. Ya después trato de encontrar una justificación a los hechos pero nomás no puedo.
Por alguna extraña razón mi conciencia y raciocinio me dicen que no debo creerles. La duda y la falta de confianza aparecen sin remedio. Estoy seguro que no estoy solo en esto, miles o millones de mexicanos estarán en las mismas circunstancias que yo. No es consuelo pero ayuda.
Ahora sí que estoy como el que dijo: “Lo que el Presidente quiso decir…” solo que aun pensando esto nada mas no me entra en la “cabezota” no puedo estar de acuerdo con las equivocas decisiones de quien gobierna a según mi juicio. Quizá debo de vivir más, es posible que deba tener más experiencia en las cuestiones políticas para entender a los políticos. No lo sé.
Es necesario acaso que deba de sufrir más, humillarme más, sangrar más y creo que ya no puedo. En fin, el caso es que no los entiendo, ni los comprendo. Me parece que a veces nos doran la píldora, nos dan atole con el dedo. Se nos cuenta a medias la realidad de la situación social y el status político.
Lo que si me hizo pensar y fue la puntilla, es cuando escucho que como buen mexicano debo de estar agradecido con las fuerzas armadas. Ahí sí que la puerca torció el rabo y bien torcido, sí señor. Dicen que cada quien platica según le fue en la feria, entonces a mí me ha ido muy mal.
No puedo agradecer en lo mínimo a las fuerzas federales, no cuando fueron ellos quienes me asaltaron y robaron. Como respetar la investidura de quienes se suponen están para defenderme, cuando fueron los que lanzaron la primera piedra y que bueno que hubieran sido piedras.
No es justo ni posible que un puñado de “agentes” de la ley, hayan arrasado con mi patrimonio que costó el trabajo de años enteros. De la noche a la mañana acabaron con lo mío y lo de muchos. Como entender y estar agradecido con esa caterva de individuos.
Como aceptar los escarnios y humillaciones de que he sido objeto una y otra vez. Como estar de acuerdo cuando he sido detenido en mi tránsito por tal ó cual vía pública. Cuando me han tratado como delincuente y peor aún. He sido culpable, hasta que no compruebe mi inocencia.
No señor, no puedo “agradecer” este maltrato diario. Ya no puedo circular con libertad, se acabaron mis paseos nocturnos, ahora siento más temor por quien nos cuida, que por quien se supone es delincuente.
Caray! Hacen que uno se moleste, siembran el rencor y el resentimiento en mi corazón. Creo que calladitos se ven más bonitos. No deseo un castigo para los que se van, aun soy hombre de fe y creo que tendrán su premio, tarde ó temprano. También sé que no se pueden ir con la frente en alto, eso es meramente imposible pero al menos ya no la rieguen.
Esperemos en El Señor, que se den los cambios debidos y estos sean para bien. Que quienes fueron elegidos para cuidarnos realmente lo hagan, ya estamos cansados de lo contrario. Ojalá que se dignifiquen las fuerzas federales, que la carrera policial sea incorruptible. Que dejen de perseguir al inocente y de acusar a quien practica la honestidad. Así sea.