Por: Emilio Vazquez Alexandre.
Definitivamente que la Iglesia Católica a 2000 años de su fundación en este 2010 le llovió pero en serio. Con todos los escándalos sexuales en los que se ha visto inmiscuida principalmente el del tristemente celebre Padre Marcial Maciel, fundador de Los Legionarios de Cristo allá por 1941.
Recordemos que esta congregación religiosa tiene derecho pontificio y su misión objetiva es propagar el Reino de Dios y su justicia, con sus más de 800 sacerdotes y 2500 seminaristas. No las obras del mal con sus demonios del sexo y el pecado.
No se puede negar que la idea es buena puesto que se erigió canónicamente. Su filosofía tiene a Cristo como centro, predica el respeto y el amor por María, reconoce en el Papa al Vicario de Cristo y defiende su magisterio. Predicar el Evangelio del Señor teniendo el amor y la justicia como bandera es prioridad.
Tampoco se puede juzgar a toda la Iglesia solo porque uno de sus dirigentes falló si es que así ocurrió. Los demonios del placer y la concupiscencia siempre han encontrado a quien devorar. Lo que se juzga son las acciones y los métodos con los que se ha procedido. El uso de la doble moral en este organismo religioso siempre ha sido objeto de crítica por los mismos sacerdotes y obispos y no digamos por la feligresía.
Esperemos que en esta pasada Semana Santa en verdad la Iglesia Católica haya resucitado junto con Cristo. Ojala que de la cara frente a los acontecimientos presuntamente deshonestos de algunos o muchos de sus coordinadores. Todo esto para lograr una relación perfecta entre las cosas de Dios y las de su pueblo pues a final de cuentas no se puede vivir sin fe en este mundo de dolor y de dificultades.
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