viernes, 20 de mayo de 2011

La Pluma del Gallo. “Disparos de tequila”

Por: El Padre Gallo.
Como expresa un conductor de un programa en el norte del país: “No lo puedo creer” hace unos instantes escuché una entrevista con el presidente, en ella le interrogaban al respecto de la fama de inseguridad; que estamos ganando en México.
No se si las preguntas, estuvieron pactadas con anterioridad o no pues algunas veces se acostumbra. Lo que si es que respondió muy orondamente, diciendo que en la nación los únicos disparos que recibían los turistas; eran los de tequila.
En ese momento, surgieron en mi mente mil interrogantes al respecto. Si acaso es, que los encargados de velar por la certidumbre del pueblo de Dios, se preocupan por el turismo. Por que demontres, no lo hacen en general.
Sabemos de la importancia de las divisas extranjeras, conocemos el valor que se le da a los visitantes pero definitivamente que los destinos turísticos; no son lo mas seguro del mundo. Los que aquí vivimos, quisiéramos que así fuese.
Amigos y conocidos que decidieron vacacionar en la pasada semana mayor, se encontraron con grandes trabas al respecto. Los que no fueron afectados en su persona, lo fueron en sus propiedades. Quizá no todos, pero la triste y mala experiencia, la sufrieron en carne propia.
Las carreteras dejan mucho que desear, en cuestiones de seguridad. A pesar de los esfuerzos de los que coordinan esos aspectos, ya no existe la certeza al viajar. Motivos de sobra hay, lo mismo en el norte que en el sur.
Que bueno fuera que los “plomazos” tiros, balazos, fueran de tequila. Cuantos no nos apuntaríamos y haríamos fila para recibirlos. Respetando la investidura del que declara pero esa si estuvo buena.
En fin, esperemos que la certidumbre llegue, siempre le pedimos al Señor que ocurra y sea lo más pronto posible. El ciudadano común, aquel que no posee seguridad ni está blindado, sufre los ataques inmisericordes de la situación que prevalece.
Aunque no sería mala idea dejarnos llevar por unos cuantos “disparos” de tequila, no solucionaremos nada pero que tal si al menos se nos olvida. Creo que mejor no, la última vez sentí la resaca mortal, que produce la intoxicación etílica y juré no repetirlo.
Ni que hacer, la vida sigue su marcha y al menos seguimos aquí; a pesar de todo. La paz algún día llegará, todo tiene un principio y un final. La guerra no puede ser eterna. El bien triunfará sobre el mal. El Señor, es quien tiene la última palabra y conoce las necesidades de su pueblo santo.
Esperemos, que las promesas de nuestro Padre se realicen. La fe debe estar por encima de todo y no se debe de perder. La confianza en El Supremo, fortalece el espíritu y este no debe flaquear. Dios nos acompañe, en nuestro diario caminar. Así sea.