lunes, 10 de mayo de 2010

La Pluma del Día.

Por: Emilio Vázquez Alexandre.

Cada vez son más los jóvenes que se ven inmiscuidos en relaciones tormentosas que no los llevan a nada bueno. Cada vez surgen mas es como un nuevo estilo de vida para ellos se ha convertido en su forma de pensar y de actuar. La gran mayoría sufre las consecuencias de esto a menor o mayor plazo pero se ven lastimados por esta realidad.

En alguna ocasión dialogando con gente profesional en estas lides decía un psicólogo que esto es muy común. Comentaba el caso de una chica por cierto adolescente que se vio envuelta en una situación muy difícil de asimilar. Se llamaba Anita esta niña siempre creció bajo el amparo de un matrimonio jamás padeció de nada llevaba una vida normal. Nunca supo lo que eran las privaciones muy comunes en sus compañeros nunca se vio victima de los problemas de la niñez.

Al llegar a la pubertad todo cambió el mundo fue diferente para ella surgieron momentos duros la vida se manifestó en toda su crudeza. Llego la realidad y la marcó rudamente tuvo etapas difíciles que la obligaron a madurar muy rápido. Inició su arduo caminar se sintió sola y abandonada nació una mujer. La necesidad la obligó hubo una metamorfosis que la cambió por completo. Era otra por lo tanto así lo manifestó. Al final la vida de Anita terminó en tragedia todo lo que pudo ser y no fue.

Surgen las interrogantes: ¿Cuántas de estas criaturas conocemos? ¿Cuántas son nuestras hijas o hijos? Cada quien tiene la respuesta. Cada ciudadano la sabe y a veces hace algo por ellos en ocasiones forman grupos de ayuda juvenil otras veces lo ignoran. ¿Qué hace nuestro municipio? Son pocas las medidas que se toman al respecto. No es suficiente que en el Sector Salud se limiten a dar folletos o boletines se requiere algo más que anticonceptivos algo más que un módulo en un hospital.

Tampoco son necesarias medidas drásticas como el no hablar del tema el hacer oídos sordos tampoco es lo indicado se necesita un verdadero compromiso de cada uno de los sectores. Un compromiso real y vigente con la comunidad. En la Iglesia también se cosecha tiene su parte de culpa por no implementar practicas locales de deber cristiano de los adolescentes para y con el municipio.

Todos los sectores podemos realizar mucho por la sociedad de San Fernando. Todos podemos participar en la medida de nuestras posibilidades para que la juventud en nuestra ciudad sea un sector pleno lleno de compromiso real y concreto. Para que la juventud sonría siempre con entusiasmo para que nuestros jóvenes sean un ejemplo de virtud y de obediencia para que los veamos con la frente en alto.

Deseamos que los líderes juveniles sean excelentes líderes y no como los que hemos tenido últimamente. Le pedimos que cambien el proceder y se pongan a trabajar por la juventud. Así sea.