viernes, 16 de abril de 2010
La tercera Edad.
Por: Emilio Vazquez Alexandre.
Llegar a la llamada tercera edad sobre todo con buena salud es una bendición en estos días. Si de pasada alguien te adoptó como abuelito te llegará despensa y es mucho mejor. Si en tu juventud te heredaron e hiciste fortuna es maravilloso. Si tus hijos y nietos se preocupan por ti, te visitan con regularidad y el día de tu cumpleaños hasta pollito te asan pues que más puedes pedirle a la vida. Esta ha sido pródiga contigo y solo te queda dar gracias a Dios.
Desafortunadamente no todos los adultos mayores están en esa hermosa situación. No todos viven es ese mundo feliz donde la pobreza y el hambre no existen. Tales personas no saben lo que es tener tres comidas al día. Su vida diaria solo sabe de penas, desgracias y tragedias.
La balanza se carga a un solo lado pues en ella pesan más las adversidades y los infortunios que los logros habidos. La historia cambia cuando los protagonistas de la misma no ríen sino sufren. El diario caminar es difícil cuando la carga consume tus energías. Solo tu fortaleza y tú esperanza en la vida te mantiene de pie.
En San Fernando existen ejemplos de hombres y mujeres que a pesar del paso de los años no son derrotados. Poseen en su corazón la ilusión de que vendrán tiempos mejores donde el salario será bueno, la comida no escaseara, los políticos cumplirán. Mientras tanto hay que laborar con el mismo entusiasmo que en la juventud. De esta forma serán modelo a seguir para los que apenas inician su caminar.
Vaya pues desde aquí un homenaje a todos los que están en esta situación como el “señor de los ajos”, el “señor de las manzanas”, “el de las paletas”,” el de las raspas”, “el de las matas”, y tantos otros que ignoro su nombre pero hago una reverencia admirando su empeño y tesón.