Por: Emilio Vázquez Alexandre.
Se están acabando las tradiciones ya no hay respeto por las versiones antiguas de las cosas mundanas. Todo se ha derrumbado y lo que era realidad se convirtió en historia y solo eso. No es posible que lo que siempre se respetó y se mantuvo en el gusto y trato diario sea hoy diferente.
Me refiero a las cuestiones familiares a las cosas de la vida, por ejemplo todavía recuerdo el sabor de la receta del mole de la abuela con su pierna de pollo o de guajolote recién sacrificado. Con el ajonjolí puesto sobre el guiso a discreción. A la fecha no he probado otro igual ni siquiera el de Doña María o el de Rogelio Bueno que es más barato.
Recordemos las tradiciones navideñas ya son pocas las personas que instalan el nacimiento y las que celebran los Reyes Magos cada vez son menos triunfó Santa Claus. Ni que decir de la tamalada del Día de la Candelaria aquellos enormes tamales envueltos en hoja de maíz o de plátano según la región. Confórmate con una docena del puesto de la esquina.
Pues bien y las chicas de hoy ya no se divierten como las de antes ahora son más modernas y liberadas, liberales diría mi tía. Las que están en edad de casarse bueno solo por mencionarlo porque ahora ya no hay una edad estipulada para ello, cada quien lo hace o no cuando el pronunciado abdomen lo amerita.
Ya no se preparan para el matrimonio de hecho ni creen en él. Ya no se especializan en hacer el guiso de la familia, ni las tortillas de harina recién hechas, mucho menos “tortear” a mano la masa de nixtamal preparada especialmente para ello. Que si levantar la bastilla, que si pegar un botón, que si remendar un calcetín, Dios mío que será eso. Silencio en la sala.
Buen porcentaje de los jóvenes de hoy ya no tienen oficio ni beneficio su especialidad es “chatear”, jugar video juegos, tener novias de a montón, dormir en el día y salir en las noches. Trabajar ni pensarlo eso se hizo para los burros, estudiar no mucho porque se queman las neuronas, comer solo carbohidratos, grasas y azucares. Esa es la vida ideal.
En la mayoría de los asuntos cotidianos ya no hay respeto. Ni en la política pues la izquierda ya se junta con la derecha y la derecha hizo amigos en el centro y el centro no existe pues la mitad es derecha y la otra izquierda o ambidiestra. Es un relajo bien organizado.
Ojala que las tradiciones regresen. Que el modernismo tan cuestionable no invada los comportamientos de esta ya tan minada sociedad pues la mayoría de las veces no da el resultado debido. Los hechos así lo manifiestan. Esperemos que vuelva la metodología antigua pues para saber a dónde vamos hace falta saber de dónde venimos. Así sea.