Por: Emilio Vázquez Alexandre.
El ser humano siempre tiene tendencia hacia la verticalidad, caer es sinónimo de morir todo tenemos que hacerlo en esa posición y solo aceptamos la muerte, el dormir y los placeres del amor en lo horizontal. Recordando a un viejo relato de la mitología griega, Anteo un luchador, cada vez que caía tomaba fuerza de la madre tierra y para el era de mucho beneficio el volver a caer. Quizá esto sea muy difícil de entender para muchos y mas aun difícil de soportar, pero siempre el caer es motivo de aprendizaje y una vez que lo entendemos así, son sorprendentes los resultados que tenemos en nuestro caminar.
Aplicado a la política, siempre nuestros dirigentes han esperado turno pacientemente y si por algún motivo no les toca el momento, se mantienen erguidos como el roble esperando su momento para poder tener su oportunidad. Esta algunas veces les llega y otras no, pero la tendencia a lograrlo cada vez es mas fuerte. El dolor de la caída en ocasiones dura años y no hay cura, no hay remedio que quite todo aquello que sucede en estos casos, pero siempre se espera el momento de la remuneración. Se espera aquel premio tan deseado de que suceda un milagro, de que las grandes figuras vuelvan los ojos hacia ti y el gran momento ha llegado, el milagro ocurre.
Todo se ha transformado la vida es diferente todo se ve de otra manera, los amigos sobran por montones, las filas son interminables todo es nuevo; la satisfacción es plena. El nuevo rey ha nacido, viva el rey. Con ello vienen los temores, vienen cosas nuevas y es cuando te preguntas si estas preparado, si lo que tienes entre tus manos no es demasiado y como te llegó tan fácil pues te sientes sin poder absoluto. No tienes defensa alguna, pero hay que hacer un esfuerzo por mantenerte de pie; por no caer.
Es inconcebible que la gran mayoría de las personas, sufran hasta más no poder, llegan al limite de su fortaleza y pasan por todas aquellas situaciones; solamente por el afán de lograr lo deseado. El resto de los individuos, no entendemos como es posible este tipo de escenarios; donde se desarrollan innumerables esquemas de vida.
Podría suceder, que el día de mañana estemos en un momento similar y que respondamos de la misma manera, pero esto no les ocurre a todos. En fin tomemos todo lo que pasa como experiencia, aceptémoslo como tal y nos daremos cuenta que las caídas son sinónimo de aprendizaje, de conocimiento, de dolor pero con causa y sigamos nuestro tortuoso caminar que nos lleve a nuestra meta, aprovechando al igual que Anteo nuestra perdida de la verticalidad. Así sea.
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